Pregunta: ¿Qué enseña la Biblia acerca de la predestinación en Romanos 9:10-13?
Respuesta:
#4 La Elección por Gracia
Hay muchas personas hoy en día que creen que Dios, antes de la fundación del mundo, decidió salvar eternamente a ciertos individuos y condenar al castigo eterno a otros. Uno de los textos bíblicos que usan estas personas para probar su teoría acerca de la predestinación de las almas, es el que empezamos estudiando en Romanos capítulo 9 versículos 10 al 13. Si la Biblia así enseña, lo vamos a aceptar y enseñar también, puesto que nuestro único deseo es saber y hacer la Voluntad de Dios. Pero, debemos preguntar e investigar si es cierto que así dice la Biblia.
Para empezar el estudio vamos a leer una vez más lo que la Biblia dice en Romanos 9:10-13: "Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí." (Romanos 9:10-13).
Jacob y Esaú se consideran a veces como magníficos ejemplos de la manera en que Dios escoge a algunos para salvación y algunos otros para condenación, sin considerar las obras de ellos. ¿Es cierto? Bueno, es cierto que Jacob fue escogido y Esaú rechazado antes de su nacimiento. Es cierto que la elección de que se habla aquí no dependió de las obras de ellos, ni buenas ni malas. Es cierto que Jacob y Esaú estuvieron sujetos y fueron partícipes en el propósito divino de Dios, propósito que Dios en su sola potestad determinó. Dios en una expresión de su plena soberanía decidió escoger a Jacob y rechazar a Esaú. PERO NO ES CIERTO que esa elección y ese rechazo tuvieron que ver con la eterna salvación o la eterna condenación de ellos. ¿En que manera fue escogido Jacob sobre Esaú? SOLAMENTE EN ESTO: "El mayor servirá al menor" (Romanos 9:12). Esaú perdió su primogenitura a Jacob juntamente con la bendición de su padre Isaac. Jacob, no Esaú, está en el linaje de Jesucristo. Y todo esto fue puramente por la elección de Dios, pero no tenía nada que ver con SU SALVACION.
Dios no expresa su eterna soberanía destinando a ciertos individuos a ser malos y a otros a ser buenos. En el contexto Pablo está tratando de explicar que Dios no ha llevado a cabo su propósito eterno ni las promesas por medio de la voluntad humana ni por medio de relaciones carnales, sino que El en su sola potestad y soberanía ha predeterminado y escogido a aquellas personas que le podrían ayudar en cumplir ese propósito aquí en la tierra. Dios decidió, antes que Jacob o Esaú hiciera ni bien ni mal, que Jacob debería servir como padre de la nación de Israel. ¿Por que? Porque Dios así lo quiso y eso es todo.
Pero Dios no decidió que Jacob sería salvo y Esaú condenado sin considerar la fe o incredulidad de ellos. Aquella frase que dice "A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí" se refiere a las dos naciones que estos dos encabezaron y a la posición que ocuparon en el cumplimiento del propósito de Dios de traer al mundo el Salvador Jesucristo, nacido de una nación ya dedicada al servicio de Dios. Esto sobre el amor de Jacob y el aborrecimiento de Esaú que Pablo cita en Romanos 9:13 se encuentra escrito en Malaquías 1:2-3, y en el versículo cuatro se ve claramente que habla de las naciones, no de los individuos. La Biblia dice en Malaquías 1:2-4, "Y os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto. Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, yo destruiré; y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre."
Así que el amor de Jehová hacia Jacob se manifestó en engrandecer la nación de Israel mientras su indignación contra Esaú se vio en empobrecer al pueblo de Edom. En el caso de Jacob la elección que se menciona fue elección a supremacía como NACION y el rechazo de Esaú fue a que fuese menor en poder e importancia como NACION. Pero la Biblia no dice que fuese para la salvación eterna de Jacob ni la condenación eterna de Esaú. Lo que dice la Biblia es que el mayor (Esaú) fue disminuido para que sirviera al menor (Jacob). Decir que el mismo principio se aplicó en cuanto a la salvación de ellos sería hablar donde la Biblia no ha hablado; sería pensar más de lo que está escrito; y, en realidad, sería una contradicción de otras claras enseñanzas de la Biblia.
La Biblia enseña claramente que cada individuo es responsable por su propia salvación o condenación, y que depende de cómo respondamos a los mandamientos de Dios. Dios le deja al hombre completamente libre para escoger entre el bien y el mal y así para determinar su propia condición espiritual. Precisamente esto es lo que nos viene enseñando el apóstol Pablo en toda esta carta a los romanos: el hombre puede ser salvo o condenado dependiendo de cómo responde al llamamiento de Dios en el evangelio de Cristo Jesús. No queremos dar a entender por esto que la salvación o sea la elección de uno depende de buenas obras. Esta misma carta también niega esto. Aún el versículo 11 de este capítulo nueve habla del "propósito de Dios conforme a la elección", "no por las obras sino por el que llama". La elección y la salvación que resulta son por pura, no adulterada, GRACIA. Cualquier confianza que pongamos en la capacidad del hombre de salvarse niega el tema de esta carta que es la justificación por la fe aparte de las obras de la ley. Toda nuestra confianza tiene que estar puesta en Dios y en su poder para proveer nuestra salvación. Pero no debemos estar confundidos y pensar que por ser la salvación por gracia que no sea condicional. La elección y la salvación del hombre es por gracia pero es también condicional. Depende de tener una fe obediente al llamamiento del Señor. No merecemos, ni siquiera ser llamados por Dios, pero esto no significa que no tenemos la responsabilidad de responder con fe y que al no responder con fe seremos condenados.
Posiblemente nos ayudaría volver a considerar lo que el apóstol Pablo nos enseñó en Romanos 8:28-30, sobre este mismo punto de la elección por gracia. En Romanos 8:28-30 la Biblia dice, "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también glorifico." Usted notará que la elección o sea la predestinación de las personas dependió primeramente de ser conocido de antemano como personas que iban a tener un amor para con Dios. El llamamiento que Dios hace, aquel llamamiento inmerecido, se hace de acuerdo con su propósito. Este propósito siempre ha sido salvar a los creyentes. Como antes dijimos este es el tema central de todo este capítulo en Romanos: Dios escoge salvar a los creyentes.
No debemos pensar que estas personas que tienen fe en Dios y en Cristo y que aun aman a Dios y obedecen su Palabra, sean dignas de la salvación o de la elección de Dios. En ninguna manera. El hecho de que su elección sea por su fe en Cristo y no por obras significa que es elección por gracia, una elección completamente inmerecida, pero NO una elección SIN CONDICIONES. NO es una elección que no depende en nada del individuo o que no le deja libre a escoger la salvación o la condenación. La condición es fe, y sabiendo Dios de antemano quienes iban a poseer esta fe obediente, El predestinó que estos fuesen hechos conforme a la imagen de Cristo.
Por tanto, la enseñanza de nuestro texto es la siguiente: Dios escogió a Jacob como padre de la nación de Israel, del linaje de Jesucristo, y le dio más importancia y más poder y riquezas que su hermano Esaú, no porque lo merecía más, sino porque Dios así lo quiso de acuerdo con su propósito eterno. Y en cuanto a la justificación, Dios ha escogido a los que tienen fe en Cristo para ser salvos, no porque ellos merecen más el favor de Dios, sino porque Dios así lo quiso de acuerdo con su propósito eterno. La elección de los creyentes es por gracia, y depende del llamamiento de Dios que El lleva a cabo por medio de la predicación del evangelio. Pero El deja a cada quien escoger entre la fe y la incredulidad y así entre la salvación y la condenación.
No trate de inculpar a Dios por su condición espiritual. Reconozca su propia responsabilidad de recibir Sus promesas con fe en el Señor. Obedezca con fe en su corazón al evangelio de Cristo. ¿Cuál escogerá usted? ¿Salvación por gracia? o ¿Condenación por incredulidad? Dios le ofrece la elección como Su hijo por gracia.