Pregunta:
¿Es permitido vender comida fuera del templo? Hay un grupo de jóvenes que venden alimentos afuera del templo después que termina el culto. Ellos no lo hacen con el fin de lucrarse (hacer dinero para ellos) sino que lo hacen para recolectar fondos para su ministerio. Yo no lo veo mal porque ese dinero no se lo llevan ellos sino que se queda en el templo para uso de material para la obra cristiana. ¿Qué dicen ustedes según sus conocimientos bíblicos. Unos los ven mal porque dicen que están tomando la casa del señor como los mercaderes que Jesús echó del templo.
Respuesta:
Entiendo que lo que usted menciona es algo hecho que (1) NO lo hacen en la reunión sino después de ella y que (2) NO lo hacen adentro del local donde la iglesia se reúne sino fuera de él y que (3) NO lo hacen como iglesia, o sea, en nombre de la iglesia, sino que algunos cristianos individuos ponen su venta de alimentos en forma particular y que (4) NO es obligatorio comprar de ellos. Básicamente, es igual (o similar) al caso de un particular (no miembro de la iglesia) quien aproveche la salida de la reunión para vender una comida, paletas, bebidas, fruta o lo que sea a las personas que allí se encuentren y deseen comprar en este momento. La diferencia es que estos jóvenes toman de lo que ganan y lo ponen como ofrenda para la obra de Dios. No encuentro error en ello conforme a la Biblia. Incluyo en los últimos 3 párrafos de esta respuesta más explicación sobre textos relacionados con el tema general.
Un grupo de cristianos pueden unirse e iniciar cualquier negocio honesto y donar las ganancias como ofrenda del primer día de la semana sin violar principios bíblicos. Lo que entiendo que no debemos hacer es “vender EN NOMBRE DE la iglesia” para sostener la obra del Señor, lo cual se hace con la ofrenda voluntaria de los cristianos.
ESTO DICHO, será muy importante: (1) Evitar la división del cuerpo de Cristo por causa de esto. Para evitarla, será necesario instruir ampliamente a todos los hermanos sobre lo que en realidad condena la Biblia y en contraste, lo que en realidad hacen estos jóvenes. Es decir, que será importante explicar con paciencia y amplitud la diferencia. (2) No dejar la impresión con los visitantes no cristianos que se trate de una venta religiosa organizada. (3) No presionar a las personas a comprar de este grupo de jóvenes por “equis” razón para que no se sientan obligadas.
Otro punto importante es que el lugar de reunión NO es el templo de Dios. Nosotros los cristianos lo somos. La iglesia (1 Corintios 3:16) o los cristianos (1 Corintios 6:19,20) son Su templo en esta tierra.