¿Quién participa?

Pregunta: 

¿Quién debe participar de la cena del Señor?  ¿Soy digno?

Respuesta: 

Cuando empezamos a estudiar acerca de la participación en la cena del Señor, muchas veces encuentro a personas muy sinceras que dudan si deben o no participar de los elementos de la cena. Han oído que la Biblia dice que “cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor INDIGNAMENTE, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor” y que “el que come y bebe indignamente … juicio come y bebe para sí.” Encuentro a otras personas que suponen que hay alguna bendición presente en la ceremonia y los elementos de la cena como reconocen su necesidad de bendición desean recibir los elementos, muchas veces sin preguntarse si están preparados o no para recibirlos. ¿Quién debe participar? ¿Quién debe abstener de la cena? Son preguntas importantes que merecen una respuesta BIBLICA.

Creo que el primer texto que debemos leer para encontrar respuesta a la pregunta es I Corintios 10:16,17. En el contexto el apóstol Pablo está presentando una amonestación contra la idolatría. Uno de los argumentos que presenta es que comer lo que los paganos sacrifican a sus ídolos significa comunión con los demonios. Lo compara con la participación en la cena del Señor que significa COMUNION CON CRISTO, SU SANGRE Y SU CUERPO. El texto bíblico dice en I Corintios 10:16,17, “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, SOMOS UN CUERPO; pues todos participamos de aquel mismo pan.” Luego agrega en 10:21, “No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.”

¿Qué aprendemos de estos versículos? Lo primero que noto es que aquellos que participamos de la cena “SOMOS UN CUERPO”. Es importante saber que en el Nuevo Testamento LA IGLESIA es conocida como EL CUERPO DE CRISTO. Cristo es “la cabeza del cuerpo que es LA IGLESIA” (Colosenses 1:18). “Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:23). También encontramos lo mismo en el contexto de I Corintios: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo” (I Corintios 12:13). De modo que para participar en la cena del Señor, uno debe ser miembro del CUERPO DE CRISTO, SU IGLESIA. Debe haber sido bautizado en el cuerpo del Señor.

PERO esto ha de ser obvio y no es este el punto principal que el apóstol Pablo nos presenta en este texto. El mensaje de primordial importancia es que uno NO PUEDE participar de la mesa del Señor si todavía está sirviendo a otro maestro. Es ESENCIAL cortar la comunión con el mundo, su vida degenerada, su religión humana y su dios – Satanás para tener comunión con Cristo, Su sangre, y Su cuerpo en la cena del Señor. ¿Quién debe participar de la cena? Aquel cristiano que ha tomado la importante decisión fundamental de cortar con el mundo y servir a Cristo Jesús como SEÑOR DE SU VIDA. Aquel discípulo que entiende la diferencia entre la mesa del Señor y la mesa degenerada del mundo. NO es que uno sea PERFECTO, pero su decisión es servir a Cristo. NO es que uno lo entienda todo, pero entiende que participar del pan y de la copa lo UNE de una manera muy espiritual y MUY REAL con Cristo y le obliga a NO unirse de la misma manera con el mundo porque esto sería unirse con los demonios y separarse de Cristo Jesús.

¿Pero qué de aquel texto que habla de ser culpados del cuerpo y de la sangre del Señor si participamos de la cena aunque no somos DIGNOS? ¿Quién es DIGNO? En realidad, este texto (I Corintios 11:27-29) ha causado mucha confusión INDEBIDA. En primer lugar, ¿quién podrá ser DIGNO del sacrificio de Cristo? NINGUNO. Lo que MERECEMOS – de lo que somos DIGNOS – es el castigo eterno. Pero por la misericordia de Dios, no tenemos que recibir el castigo que merecemos sino la bendición eterna en Cristo Jesús. PERO, en segundo lugar, el texto NO dice nada acerca de NO SER DIGNO. NO habla de que el comulgante sea DIGNO O NO. Enseña que hay una MANERA aceptable de participar de la cena y hay una manera INDIGNA, NO ACEPTABLE, de participar de la cena. Bueno, leamos el texto en I Corintios 11:27-29 y usted mismo lo podrá notar: “De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor INDIGNAMENTE, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe INDIGNAMENTE, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.”

Si lo lee con cuidado, notará que INDIGNAMENTE no describe la persona que participa en la cena SINO la ACCION DE COMER Y BEBER. Se refiere a LA MANERA en que uno come y bebe. Además el versículo 29 explica específicamente lo que significa comer y beber INDIGNAMENTE. Es comer y beber “SIN DISCERNIR EL CUERPO DEL SEÑOR”. Es comer el pan SIN discernir su significado ESPIRITUAL. Es comer el pan SIN entender que en él se tiene comunión con el cuerpo de Cristo. Es comer el pan SIN recordar el sufrimiento de Cristo. Es comer el pan SIN anunciar la muerte del Señor en su corazón. Es beber la copa SIN discernir que en ella hay comunión con la sangre de Cristo. Es beber la copa SIN recordar la sangre de Cristo derramada en el Calvario. Es beber la copa SIN agradecer el sacrificio que limpia sus pecados. Comer y beber INDIGNAMENTE es participar de los elementos de la cena del Señor SIN comulgar con Cristo espiritualmente, SIN honrar y adorar al Salvador en su lo más profundo de su corazón.

¿Quién debe participar de la cena del Señor? Solamente aquel individuo que aprecia el sacrificio de Cristo. Solamente aquel cristiano que honra al Salvador en su corazón. Solamente aquel cristiano que por fe reconoce en el pan aquel cuerpo humano que fue habitación de Dios, aquel cuerpo humano que conoció la tristeza, el dolor, el cansancio, el hambre, la sed, y la angustia de la muerte POR UNA RAZON – para salvarnos a nosotros. Solamente aquel cristiano que por fe reconoce en el fruto de la vid aquella sangre preciosa, “como de un cordero sin mancha y sin contaminación” que le rescató de su vana manera de vivir. Solamente aquel discípulo sincero que por fe reconoce en la copa el sacrificio que quita sus pecados.

“Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo”. “Pruébese” para estar seguro que está participando de una MANERA DIGNA de Cristo Jesús. “Pruébese” para estar seguro que está conmemorando la muerte del Señor. “Pruébese” para estar seguro que está anunciando la muerte del Señor. “Pruébese” para estar seguro que está discerniendo el cuerpo del Señor.

NO se trata de una prueba aplicada por la iglesia ni por los pastores, ni los sacerdotes, ni los predicadores, ni ninguna otra persona. Pero es una prueba PERSONAL, un sincero examen a conciencia importantísimo. NO se trata tampoco de probarse para NO participar SINO para PARTICIPAR. Fíjese bien en lo que dice el texto en I Corintios 11:28, “Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, Y COMA ASI DEL PAN, Y BEBA DE LA COPA.” PRUEBESE y LUEGO PARTICIPE. Primero es PROBARSE y luego es COMER Y BEBER. NO nos está diciendo que ciertos cristianos deben participar de la cena y otros NO. Nos está diciendo que TODO CRISTIANO debe PROBARSE y LUEGO DE PROBARSE, TODO CRISTIANO DEBE COMER ASI DEL PAN Y BEBER ASI DE LA COPA. Debe examinarse. Si encuentra algún error en su actitud, la debe cambiar en el momento. ¿Por qué esperar? ¿Qué momento más apropiado para corregir su actitud que el momento en que reconoce su error? Si encuentra algún error en su manera de vivir, debe arrepentirse en el momento y comprometerse con Dios que ya no seguirá viviendo en el pecado. ¿Qué momento más apropiado para arrepentirse con el Señor que el momento cuando reconoce sus pecados? Si al examinarse se da cuenta que no ha honrado a Cristo y Su sacrificio en su corazón, debe arrepentirse y hacerlo en el momento. El PROPOSITO de la amonestación del apóstol Pablo en este texto bíblico NO es lograr que ciertos cristianos dejen de participar de la cena SINO lograr que TODO cristiano deje de participar de la cena de una MANERA INDIGNA: sin discernir el cuerpo del Señor y sin examinar su propia relación con el Señor.

Tal vez un ejemplo nos ayudará a entender mejor. ¿Debe participar de la cena un cristiano que maltrata a su esposa? No y Sí. Si no piensa dejar de maltratar a su esposa, solamente complica su problema si come el pan y bebe la copa. PERO lo que DEBE hacer es examinarse a sí mismo – reconocer el pecado que está cometiendo contra la esposa y contra Dios – arrepentirse de aquel pecado – comprometerse con Dios que ya no lo seguirá practicando y “coma así del pan, y beba de la copa.” La cena del Señor debe servir para ablandar el corazón, humillarnos en arrepentimiento ante el cuerpo y la sangre de nuestro Maestro, motivarnos a vivir en santidad y DE ESTA MANERA nos da salud y trae una maravillosa bendición a todo cristiano que participa de ella DIGNAMENTE.

Si le gustaría estudiar nuestra lección completa sobre La Cena del Señor, lo puede estudiar en la página www.cbpoc.net/cursos1 en el curso sobre El Evangelismo Personal.  Si tuviera alguna pregunta más o algún problema con accederlo en la página, nos puede avisar.